miércoles, 19 de junio de 2013

FORMULA KARTING NEWS



UN DÍA EN LA VIDA DEL TEAM McLAREN
PEDRITO DE LA RISA ACOMPAÑA A FELIPE MANTA Y A JENSON BULTO EN SUS QUEHACERES COTIDIANOS






Redactado por: Pedrito de la Risa





Hola, amigos del degenere informativo y de las falacias bobatianas. Sólo faltaba yo por escribir en este blog y, después de que me insistieran tanto Marc Giñé como el propio Antonio Bobato, he decidido finalmente dejar una pincelada de mi talento narrativo en este espacio internáutico que es éxito de crítica y público, especialmente entre aquellos que presentan una mayor inestabilidad en su azotea. 

Como ex-piloto de pruebas de McLaren, conservo amistad con bastante gente del equipo, entre ellos Jenson Bulto y, por supuesto, con Felipe Manta, con el que compartí escudería este año en Ferrari, hasta que nos abandonó miserablemente. Así que, aprovechando estos días de calma previos a la tempestad, y teniendo en cuenta que esos dos hijos de puta lideran con mano de hierro el mundial, he querido acercar a vosotros, el pueblo llano, cómo es un día normal en la vida de estos dos grandísimos pilotos y mejores personas, como podréis comprobar a continuación. ¡Pero ojo! Que no es engañe el título, porque aprovechando también mi condición de probador de Ferrari, he estado con Pachonso Lloronso, nuestro piloto estrella...do. Así veréis la diferencia entre ellos, que ya os adelanto que es abismal.

En primer lugar estuve con Jenson Bulto, que tenía que madrugar bastante para acudir a un acto oficial de Garrafone, sponsor principal del Team McLaren. Para rememorar viejos tiempos, me enfundé yo también el mono de la escudería inglesa, y me presté a esa pantomima ideada para que los más pringuis (que son bastantes) piquen y se pasen a esta pésima compañía telefónica, experta en estafar pardillos.

De la Risa y Bulto bromeando en un acto de Garrafone


En la foto podéis apreciar lo bien que lo pasamos. En ese momento Bulto estaba haciendo como que el micro era su pirulo y se lo agarraba a dos manos. Además, el muy cabronazo soltó un "Os jodéis los de Garrafone, que me pagáis por estar aquí, pero yo tengo contrato con R, así que comedme el micrófono" que hizo que me partiese el culo. Jenson es un chachondo, y un tío sin pelos en la lengua. Apenas había empezado el día y ya me estaba dando cuenta de lo divertido que era el team McLaren y lo coñazo que resultaba estar todo el día con Lloronso y Giñé.
Al acabar de allí, nos fuímos a una terraza a tomar un zumito natural. Jenson me contó que a él el alcohol... ni probarlo. Se unió a nosotros Michibata, la inseparable compañera sentimental de Bulto. Se les veía a los dos una parejita muy bien avenida, y es que Jenson tiene mucho amor para dar. 

Bulto flipando con las piernas de Michibata


Después del momento de relax, otro acto social más. Y es que así es la dura vida de los pilotos de McLaren, todo el día haciendo promociones de marcas de mierda, y atendiendo a los aficionados. En esta ocasión se trataba de una firma de autógrafos. Allí me encontré ya a Felipe Manta, al que acompañé el resto del día.



Felipe firma una gorra mientras Jenson lo observa fijamente



Al salir, y después de una comida frugal (una ensaladita y una tortilla franchute quemada por los bordes) Felipe acudió a la presentación del MP4-37, el nuevo monoplaza que el Team McLaren lucirá el próximo sábado en Gokart Porriño, para tratar de recuperar el dominio de los dos primeros cajones del pódium. Yo no quise faltar en la foto, aprovechando que seguía con el mono de McLaren. Espero que estas imágenes no lleguen a verlas en Ferrari, porque si no se puede liar gorda.



De la Risa y Manta posando detrás del nuevo McLaren



El camino de vuelta a casa fue de lo más pintoresco. Cuando pasábamos cerca de un río, vimos a un pobre perrito que intentaba nadar hacia la orilla, pero no era capaz y estaba a punto de ahogarse. Felipe Manta, que tiene un corazón que no le cabe en el pecho, se lanzó sin pensárselo a las gélidas aguas para rescatarlo. Al final lo consiguió, y los viandantes que observaron la escena obsequiaron con un espontáneo aplauso al valiente Felipe. Además, un grupo de jóvenes féminas se acercaron hasta donde estábamos nosotros, y con la excusa de hacerle unas caricias a nuestro nuevo amigo perruno, aprovecharon la ocasión para pedirle a Manta su facebook y su whatsapp. Caramba con Felipe. El tío liga hasta de rebote.



Felipe posa satisfecho con el cachorrito al que le salvó la vida



Aún no me había repuesto de la sorpresa que me había deparado mi tarde con Felipe Manta, cuando me llevé otra. El bueno de Felipe me dijo que aún no íbamos a casa, que antes tenía que pasar por el comedor social, donde tenía una cita con sus quehaceres filantrópicos. Cuando llegamos se vistió de una guisa que me recordó a la madre Teresa de Calcuta. Pero más allá de su pintoresca vestimenta, me quedó demostrado una vez más su amor al prójimo y su dedicación a los más desfavorecidos. Estuvo no menos de dos horas dando de comer a un grupo de jóvenes inmigrantes que estaban famélicos.



Felipe dando de comer a un joven desnutrido



Esa noche apenas pude pegar ojo. La simpatía de Jenson Bulto me había conquistado, y la infinita bondad de Felipe Manta me había desgarrado el alma por dentro, y por fuera también. Me levanté al día siguiente un poco ido, con la sensación de haber estado en otro mundo. Llamé a Lloronso para quedar con él, ya que esa mañana teníamos que ir al circuíto para hacer unas pruebas. Se presentó en mi casa con un grupo de amigos heavys suyos, que a mi me daban bastante mala espina. Nos marchamos todos juntos andando hasta el circuíto, que está a apenas medio kilómetro de donde vivo. Aún no había salido el sol, para mi era inhumano madrugar tanto, pero por lo visto a Lloronso le gustaba andar por las calles bien temprano, y Lloronso es el que manda en Ferrari. Enseguida me dí cuenta de porqué a Pachonso le gusta ir tan temprano. Sin apenas nadie por las calles, él y su grupo de violentos amigos se metieron en los suburbios, y al pasar cerca de un puente que hay junto al río en el que la tarde anterior Felipe Manta había salvado a un perrito de una muerte segura, nos detuvimos. Lo que ví entonces me revolvió el estómago. Pachonso, el cabecilla del grupo, ordenó a sus amigotes que le diesen una paliza a un mendigo que dormía tranquilamente debajo del puente, y que sólo esperaba ver un nuevo amanecer en su miserable existencia.



 Lloronso y su grupo de amigos segundos antes de apalizar a un mendigo



Esa mañana apenas me pude concentrar en las pruebas del equipo, y al final acabé comiendo más neumático de lo habitual, y mis pruebas resultaron ser una mierda y totalmente inútiles. Al terminar nos fuimos a comer, pero antes Pachonso y su cuadrilla decidieron que su cupo de maldad diaria no estaba cubierto, y cometieron una serie de tropelías que harían llorar al mismísimo niño jesús. Desde apedrear un adorable minino que dormitaba tranquilamente en el alfeizar de una ventana, hasta hurtarle la cartera a una pobre vieja que iba a comprar comida para sus nietos, pasando por robar unos sostenes en una mercería que abría sus puertas ese mismo día. Toda una serie de maldades que me quitaron el apetito y que obligaron a mi vesícula biliar a emplearse a fondo para evitar una inoportuna salida de líquidos (y sólidos). Evitaré la reproducción de algunas imágenes para no herir la sensibilidad de nuestros queridos lectores.

Por la tarde me ingresaron en el hospital debido a que presentaba un claro cuadro de crisis nerviosa, y me andaban las manos como si tuviera parkinson. Estando tumbado en la cama del hospital, intenté relajarme un poco poniendo la tele, pero cuando la encendí me quedé a cuadros: ¡Estaba viendo a Pachonso en la pantalla! Era el telediario, y Lloronso estaba en el congreso de los diputados anunciando la subida del IVA del 21% al 96%. Pachonso era el presidente del país y estaba aplicando unas medidas drásticas propias de un dictador déspota y amigo de la tiranía. No sé hasta qué punto ésto último era real o no. Lo último que recuerdo antes de desmayarme es ver un tropel de gente con bata blanca entrando precipitadamente en la habitación. Después de eso, fundido en negro y fin de la historia.



Lloronso anunciando la subida del IVA

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